El orégano es, quizás, una de las hierbas aromáticas más populares del mundo. La mayor parte de las personas lo asocia con la pizza pero la verdad es que va genial con una infinidad de platos. Y aunque no sirviera para ningún plato, aún así sería una planta interesante para tener en el huerto gracias a sus preciosas flores que les vuelve locas a las abejas.
Sé que no soy la única enamorada del orégano, he recibido un bombardeo de mensajes de personas interesadas en su cultivo desde que coseché el mío hace unas semanas. Decidí entonces hacer una publicación en Instagram hablando sobre el cultivo del orégano y tuvo tanto éxito que fue una de las más difundidas de mi perfil. Por esta razón he ampliado la información en este artículo con la esperanza de que te ayude a tener una cosecha tan buena y abundante como la mía.
Mediterráneo : el más popular, posee un aroma un poco más débil que el sudamericano pero su sabor es más intenso. Sus pequeñas flores de color blanco-rosado salen en verano en forma de ramillete en la punta de cada rama.
Sudamericano : es de la misma familia que el orégano mediterráneo y se encuentra sobre todo en Argentina. Dependiendo de la región del país, puede presentar características distintas debido a las condiciones climáticas del lugar.
Mexicano : es de una familia de plantas distinta pero tiene un olor y sabor que recuerda la variedad mediterránea, aunque un poco más intenso.
En general es una planta fácil de cultivar y poco exigente con el suelo. Es tolerante con zonas de suelo pobre, arcilloso, arenoso, pedregoso… malos en general. Pero si quieres que la planta se desarrolle bien y te de mucha cosecha, lo ideal es tenerla en un suelo con buen drenaje y abonar anualmente.
Se puede cultivar en maceta, su profundidad es lo que va a definir el tamaño de la planta (y por lo tanto la cantidad de cosecha). El tamaño de la raíz es proporcional al tamaño de las ramas, por lo que si quieres una planta grande y una cosecha abundante, elige una maceta grande para su cultivo.
Para mejorar el drenaje, puedes añadir arena de río o perlita al sustrato. Como abono te recomiendo que uses los mejores que hay para el huerto: compost maduro o humus de lombriz.
El mejor momento para añadir el abono es después de la última cosecha, a finales de verano o principio de otoño (dependerá del clima en tu zona). De esta forma ayudarás a la planta a reponer la energía perdida durante la floración y prepararla para enfrentar el frío del invierno.
Es una planta plurianual que puede vivir fácilmente durante 10 años en tu huerto. Al pasar tanto tiempo en el mismo sitio, es normal que el suelo a su alrededor se compacte. Por esta razón conviene remover la tierra una vez al año para descompactarla, intentando siempre no dañar a las raíces.
El orégano es una planta que prefiere crecer a pleno sol, aunque también tolera la semisombra. Eso sí, ten en cuenta que cuanto menos horas de luz solar reciba, menor será su desarrollo y, consecuentemente, menos cosecha tendrás.
La temperatura ideal para su buen desarrollo está entre los 20º y 30ºC, pero tolera el frío invierno e incluso alguna helada sin problemas. El mío ha pasado el invierno de Logroño sin sufrir ningún rasguño aunque hayamos bajado de 0ºC.
No necesita riegos muy frecuentes. De hecho, no tolera el encharcamiento porque la planta puede pudrirse o pillar hongos. Por esta razón es importante que uses un sustrato que drene muy bien.
La frecuencia de riego va a variar dependiendo de la época del año y del sitio donde lo tienes plantado. Si el orégano está en una maceta, el sustrato se secará más rápido y, por lo tanto, habrá que regar más a menudo. Las macetas de terracota respiran y piden riegos más frecuentes que las macetas hechas con otros materiales (como el plástico o el metal).
Por otro lado, si tienes la planta puesta en el suelo y no vives en una zona demasiado cálida, solo vas a necesitar regar durante el verano. Yo, por ejemplo, no riego mi huerto desde finales de otoño hasta el principio de la primavera.
Es una planta fuerte y muy tolerante con las plagas, apenas sufre ataques. La mía jamás me ha dado problemas. Sin embargo, como no le gusta recibir una cantidad de agua muy excesiva, es posible que pille hongos si el suelo se queda encharcado durante muchos días seguidos.
Sabrás que la planta está enferma de hongos porque empezarán a aparecer manchas en sus hojas (pueden ser oscuras o blanquecinas dependiendo del tipo de hongo que le esté atacando). Además, las hojas afectadas empezarán a marchitarse y luego se caerán. La forma más fácil y natural de controlar el ataque es podando las hojas y ramas afectadas para evitar que el hongo se propague.
Puedes empezar tu cultivo comprando planteles, haciendo esquejes o preparando tu propio semillero. En el caso de que elijas hacer semilleros, es fundamental que no entierres la semilla porque es MUY pequeña, si la pones a una profundidad superior al doble de su tamaño, posiblemente no germine. También es importante que la temperatura del sustrato esté alrededor de 20ºC, tarda entre 2 y 3 semanas en sacar las primeras hojitas.
Por otro lado, si decides hacer esquejes la opción más fácil es cortar varias ramas y ponerlas en agua hasta que saquen raíces. Luego, basta pasarlo a tierra. Suele funcionar mejor si lo haces en primavera u otoño.
Y por último, si el semillero y el esqueje no te funcionan, siempre queda la opción de acudir a un vivero y comprar una planta ya crecida. Esta ha sido mi elección porque ni tenía semillas disponibles en casa, ni conocía a nadie en Logroño que tuviera una planta de orégano para sacar esquejes.
Se puede consumir tanto las hojas (sabor muy suave) como las flores (la parte más potente). Las hojas pueden ser cosechadas durante todo el año mientras que las flores solo salen en verano.
Hay cierta discusión entre los hortelanos sobre si es mejor cosechar las flores cuando aún están medio cerradas o al final de la floración. Como siempre, este es un tema que puede variar según el gusto de cada persona. Yo coseché las mías cuando ya estaban abiertas y he tenido un buen resultado, aunque mi intención era cosecharlas cuando aún estaban medio cerradas (me fui de viaje y me pasé de la fecha prevista).
Mi recomendación en este punto es que pruebes cosechar una parte de las flores medio cerradas y otra parte cuando ya están abiertas, de esta forma podrás elegir por ti mismo cuál es la opción que más te gusta.
Las hojas pueden ser consumidas en fresco o secas, mientras que las flores son mejor secas. Hay dos formas de secarlas: al natural o con una deshidratadora.
Si eliges el secado natural, es fundamental que se haga a la sombra porque el calor del sol
destruye sus aceites esenciales. Basta hacer atar unas cuantas ramas con una cuerda y colgarlas de un sitio ventilado y de sombra durante varios días (el tiempo puede variar dependiendo de la humedad del aire y temperatura).
Yo usé la deshidratadora porque tarda menos, en mi caso entre 1 y 2 horas. El tiempo puede variar dependiendo del modelo de deshidratadora que uses. Si la tuya tiene regulador de temperatura, te recomiendo poner el mínimo posible para afectar sus aceites esenciales.
Haz click aquí para ver la deshidratadora que he usado para el secado.
Cuando las flores y hojas ya estén secas, guárdalas en un bote de cristal con tapa. Es importante que esté en un sitio sin humedad y alejado de la luz para que aguante más tiempo (por ejemplo, dentro del armario de la cocina). Yo guardo las flores secas y enteras porque así el olor se conserva mejor, las deshago con los dedos en el momento de usarlas.
Me han salido 160g de flores secas de apenas 1 planta. En realidad cunde más que eso, pero decidí dejar parte de las flores sin cosechar para las abejas. Si haces cosechas de hojas a lo largo del año, es posible que tu cosecha de flores sea más pequeña porque la planta también será más pequeña. Yo nunca cosecho las hojas de mi orégano porque me parecen un poco sosas.
Siempre he pensado que las flores del orégano olían fuerte como las hojas de la albahaca, pero estaba equivocada. Las flores frescas apenas huelen a nada, quizás algo herbáceas pero desde luego no tienen el olor potente tan característico al que estamos acostumbrados. El olor bueno surge a medida que las flores se van secando.
Espero que te haya gustado la información y que te animes a cultivar orégano en tu huerto. Comparte este texto con todos los hortelanos que conoces. Cuantas más personas tengan acceso a estos consejos, mejores cosechas tendrán.
Si tienes cualquier pregunta o quieres compartir fotos de tus plantas conmigo, escríbeme por Instagram @huertox. Me encantará conocer tu huerto.